La confluencia de las aguas cristalinas de los ríos Alcalá y Valbona hizo de cabra de Mora un lugar idóneo para el asentamiento humano. Las riberas de estos ríos son fértiles huertas de cultivo y atractivos senderos para pasear. A la entrada del pueblo podemos ver la Ermita de la Virgen del Loreto del Siglo XVII precedida por un bello atrio. La construcción del núcleo urbano de Cabra de Mora está marcado por la orografía del terreno donde se asentó. Esto hace que sus calles sean estrechas a la vez que hermosas e inviten a deambular por ellas.
De entre todos sus monumentos destaca la Iglesia barroca de San Miguel construida en 1714 y que alberga un retablo churrigueresco y la ermita de la Escala Santa (1730) de gran monumentalidad e interés.
El exterior de la ermita de la Escala Santa es de mampostería y cantería en las esquinas. En su interior hay una escalera construida en mármol negro que con sus peldaños representa la escalera del palacio de Poncio Pilatos, por la que subió Jesucristo para ser juzgado el día de Viernes Santo. Imitaría la verdadera Scala Santa que está en Roma. Todo el interior está decorado con frescos de escenas de la Pasión. En la parte baja hay una placa que habla de jubileo constante para los que visitan la Santa ermita y un baptisterio.
El ayuntamiento es de los siglos XVI y XVII y sigue las características de los edificios civiles renacentistas con una base en lonja de tras arcos, planta noble con tres balcones y galería, en este caso con vanos cuadrados.
Alrededor de la localidad se encuentran algunos parajes de interés para disfrutar del entorno natural que rodea Cabra de Mora como son La Nava, El Campillo y Arenal o el Cabezo de Camarracho.
El artista local Gabriel Fuertes realizó una escultura llamada “El Ángel Protector”.